dimecres, 18 de juny del 2014

El paisaje como activador


Passatges bcn
Proyecto: Pasajes (Passagenwek)
Autor: Dani Karavan
Localización: Portbou, Girona
Año: 1994

En una pendiente pronunciada, con 87 peldaños, que lleva desde la pequeña plaza de entrada al cementerio hasta el mar. El pasadizo no ofrece ninguna ayuda al visitante, sólo puede ser recorrido con una atención concentrada. Es una estrecha escalera metálica encajonada entre planchas de hierro oxidado de 2,35m de altura en un corredor que, igual que un túnel, ha sido excavado en la pendiente. Cuando se ha recorrido un 75% del trayecto, un cristal se interpone en el camino impidiendo seguir la ruta. Al fondo, un remolino de mar, tan cercano como inaccesible. Y en el cristal, una cita que interpela el peso del pasado y la memoria. "Es una tarea más ardua honrar la memoria de los seres humanos anónimos que no la de las personas célebres. La construcción histórica se consagra a la memoria de aquellos que no tienen nombre". Karavan seleccionó esta cita de Benjamin en los trabajos preliminares de la tesis Sobre el concepto de la historia.

Pasajes es el nombre del Memorial que el artista israelita Dani Karavan realizó en Portbou en homenaje a Walter Benjamin, con motivo del 50 aniversario de su muerte. 
El Memorial Walter Benjamin en Portbou fue inaugurado el 15 de mayo de 1994 y se sitúa en las realizaciones integradas plenamente en el paisaje. Karavan posee una sensibilidad extraordinaria para dotar de vida propia los espacios urbanos y naturales en los cuales trabaja. Sabe captar su historicidad y disponer los elementos para que ésta misma aflore. Más que incorporar el paisaje, este se convierte en el activador de la obra misma. Intervenida por Karavan, la naturaleza agreste de los acantilados de la Costa Brava y los elementos propiamente mediterráneos como el olivo, la piedra y el viento, configuran un relato sobre su pasado como lugar de exilio y, al mismo tiempo, un ejercicio de memoria contemporánea.

El nombre escogido por Karavan, Pasajes, no sólo es una referencia al fatídico paso de Benjamin por Portbou, sinó también a la obra inconclusa de Benjamin, Passagenwek, obra monumental e inacabada en la cual el autor, desde 1927, reunía textos e imágenes para ilustrar los tránsitos y pasajes de la vida urbana y contemporánea. En su Memorial, Karavan trabajó en un sentido plenamente benjaminiano: conectando los rastros de dolor del pasado, la memoria y el exilio con la posibilidad de un futuro renovado. De hecho, el Memorial incorpora algunos de los conceptos más propios de este pensador: la filosofía de la historia, la necesidad de la experiencia, la idea de límite, el paisaje como aura y la necesidad de la memoria.

Vista desde el aire, la obra de Karavan se integra como pocas en el paisaje: se convierte en un pliegue más del paisaje mismo, un paisaje oxidado y granítico, una tierra seca y árida de rocas duras y grisáceas. Vista desde su interior, Karavan propone al visitante una verdadera experiencia: no quería imponer un único recorrido, deseaba dar plena libertad a cada cual para transitar y construir su propia experiencia. Sin moral, sin mensaje. Karavan consigue abrir posibilidades de experiencia y, con ello, revocar aquello que Benjamin atribuía como uno de los efectos más funestos del dolor del siglo XX: la imposibilidad de la experiencia.

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