dimarts, 4 de març del 2014

El gran foyer urbano



Passatges bcn
Proyecto: Pont Jean-Jacques Bosc *concurso
Autor: OMA
Localización: Bordeaux, France
Año: 2018 fecha prevista de finalización


A finales de 2013, OMA- Rem Koolhaas y Michel Desvigne- ganan un concurso para un puente en Burdeos, que, superando los 545 metros de cauce que separa en ese punto el río Garona, una los pueblos de Bègles y Floirac. El puente está diseñado para adherirse al proyecto de redesarrollo urbano St. John Belcier. Intenta unificar las diferentes condiciones de las dos orillas del Garona: de la orilla derecha, estrictamente alineada a la pradera, a la orilla izquierda de carácter urbano, mientras que anima a resolver el reto de la dualidad de un ambiente empapado de historia. 

La propuesta de Koolhaas es tan radical que, por primera vez en la historia reciente de los puentes, prescinde del apriorismo formal de la tipología estructural. El diseño desnudo de OMA para el Pont Jean-Jacques Bosc intenta repensar la función cívica y el simbolismo de un puente del siglo XXI a través de los valores de la proporción. 

De acuerdo con las palabras de Clément Blanchet, director de OMA Francia, "El puente en sí mismo no es un evento en la ciudad, pero sí una plataforma que puede acomodarse a los eventos de la ciudad. Queremos proporcionar la expresión más simple -la mínima técnica, el mínimo esfuerzo, y casi la solución estructural más primitiva. Esta simplicidad nos permite crear una gran plataforma para los peatones y para el programa público, así como una gran flexibilidad para adaptarse a las futuras necesidades de los distintos tipos de tráfico." Se limita a escoger la estructura más barata posible con una serie de pilares apantallados, perpendiculares al curso del agua, que a la vez soportan unas vigas-cajón estándar sobre las que dispone una losa de 44 metros de ancho. 

Más allá de fascinaciones tradicionales sobre el uso del estilo y la técnica, OMA intentó diseñar un puente del siglo XXI que explote las técnicas del estado del arte para crear un boulevard contemporáneo. La plataforma se prolonga más allá del agua y de sus bordes, creando una conexión continua con el terreno a diferentes escalas. El puente asciende cuidadosamente, permitiendo un camino fácil y, a la vez, proporciona el espacio libre suficiente para el paso de barcos. Cada tipo de tráfico -coches, transporte público, bicicletas y tráfico peatonal- tiene su propia línea y está diseñada para alterarse según las diferentes necesidades de cada situación, siempre priorizando al peatón, y la posibilidad de que todo el puente pueda, eventualmente, convertirse en una plaza cívica donde reunir buena parte de la gente de Burdeos. Una infraestructura capacitante y su movilidad asociada. 

Cuestiones como el diseño de las barandillas o los pavimentos se convierten en irrelevantes. La calidad arquitectónica del puente queda garantizada por los valores atávicos de la arquitectura: medida, proporción, una estructura racional. Nada más.

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